Era octubre del año 2001 cuando Steve Jobs anunciaba la llegada de un dispositivo que iba a cambiar la manera de reproducir, almacenar y escuchar la música. Medía solo sólo seis centímetros de largo y era capaz de albergar hasta mil canciones con calidad de un disco compacto y tenía cinco Gigabytes de capacidad, con una batería para 10 horas de música continua, se llamaba iPod.

La empresa por aquel entonces solo se dedicaba al desarrollo de ordenadores cuando decidió apostar por algo diferente que no solo cambiaría el mercado musical sino que también ampliaría sus horizontes con otros productos que vinieron después y que todos conocemos muy bien, como son el iPhone y luego el iPad. Fue el precedente de una revolución o dispruting en el mercado que por varios años protagonizaría la compañía de la manzana con su ya famosa frase «One thing more…» (Una cosa más), con la que creaba la expectación de sus novedades más jugosas.

La revolución vino acompañada de la aparición de iTunes, una plataforma que ponía a disposición de los usuarios la posibilidad de adquirir canciones al precio de un dólar. Un hecho que también ayudó a la industria musical en su caída de ventas. Luego vinieron también diferentes modelos de iPods que fueron evolucionando su concepto y diseño.

El iPod fue uno de los elementos clave que hizo posible un cambio en las reglas del consumo del entretenimiento actual, pero no solo con la música, sino también con películas, series de televisión, y hasta libros. No solo cabe destacarlo como un capítulo más dentro de las innovaciones tecnológicas del milenio, sino que su influencia aún se mide tanto en el diseño como en la interfaz de los dispositivos y las plataformas del presente.